• Educarse sobre los trastornos de la conducta alimentaria y la jerga relacionada con éstos
  • Aprender las diferencias entre hechos y mitos sobre peso, nutrición, y ejercicio
  • Preguntar qué puede hacer para ayudar
  • Escuchar de una manera abierta y reflexivao
  • Ser paciente y no juzgar
  • Ofrecer ayudar con tareas prácticas (lavar la ropa, transportación para las citas)
  • Evitar discusiones sobre comida, peso y hábitos alimenticios, especialmente sobre sus propios hábitos o los de otras personas
  • Demostrar una relación balanceada con la comida, peso y ejercicio
  • Preguntar cómo su ser querido se siente
  • Recordar que la recuperación es un maratón, no una carrera
  • Enfocarse en los aspectos emocionales de un trastorno de la conducta alimentaria, no solo en lo físico
  • Animar a la persona que sufre de un  trastorno a seguir las recomendaciones del tratamiento
  • Distraer a su ser querido durante y después de las comidas para ayudarle con la ansiedad
  • No decirle a la persona qué debe hacer
  • Mantenerse en contacto – individuos con trastornos de la conducta alimentaria pueden tener dificultades en ser sociables y pueden rechazar a la gente
  • Organizar actividades que no incluya comida o comer para que su ser querido pueda estar incluido
  • Si tiene dudas, preguntar. Él/ella no puede leer su mente, y usted no puede leer la suya
  • Validar sus emociones y su dolor emocional, especialmente si comparte algo difícil o revela que  ha mantenido un secreto
  • Enfocarse en rasgos positivos de la personalidad y otras cualidades que no están relacionadas con la apariencia
  • Expresar cualquier preocupación que surja
  • No tomar sus acciones como ataques personales
  • Establecer límites para preservar su propio bienestar emocional